Día de la Madre: ¿Qué miradas de la maternidad tenemos en los libros?

El Día de la Madre siempre es una buena oportunidad para dar una mirada a varias perspectivas de lo que es “ser madre”, sin necesariamente serlo. Y la literatura nos ha dado grandes ejemplos:

Harry Potter: el niño que fue salvado por el amor de una madre más de una vez

Conocemos la historia de Harry Potter, “El niño que vivió”, aquel que enfrentó a Lord Voldemort varias veces y vivió para contarlo. Cuando apenas era un bebé, su madre Lily sacrificó su vida para salvarlo mediante un encantamiento altamente poderoso de magia muy antigua, por lo que el mismo Señor Tenebroso no pudo tocarlo. Todo se basaba en el gran amor que ella sentía por su hijo.

Igualmente, gracias a que su mejor amigo Ron Weasley lo convirtió en parte de su familia, tuvo el afecto de la mujer que años después se convertiría en su suegra: Molly Weasley, quien veló por el bienestar de Harry, le abrió las puertas de La Madriguera, lo alimentaba y le tejió un suéter en Navidad cuando él no esperaba recibir nada. 

No obstante, Molly no es solo una imagen de ternura, calidez y felicidad. Creo que todas las personas que disfrutamos de la saga, desde los libros o las películas, nos hemos sentido identificados con alguno de sus regaños hacia sus hijos. Aunque no hayamos utilizado autos mágicos a altas horas de la noche o en presencia de muggles, claramente nuestras madres utilizarían vociferadores como ella, si tuvieran la oportunidad.

En un lado un poco más oscuro está Narcissa Malfoy, parte de la familia Black, criada con la idea de un “predominio” de los magos y brujas de sangre pura. Aunque estaba a favor de que su esposo Lucius fuera un mortífago, cuando su hijo Draco estuvo en peligro, no dudó en dejar atrás al bando de Lord Voldemort. En el fondo, ella ponía a su familia por encima de cualquier otra cosa. Así fue que le mintió al mismo Voldemort para salvar a Harry, asegurándole que este había muerto. Después de todo, Draco estaba vivo y solo eso importaba.

Junto a Nymphadora Tonks, quien murió a manos de su tía Bellatrix Lestrange, estas madres tuvieron una gran participación en la Batalla de Hogwarts y demostraron que una mamá también es defensora, valiente y revolucionaria. Algo que en el mundo muggle vemos con todas esas madres que día a día buscan construir una mejor sociedad para sus hijas e hijos.

Las semillas de la resistencia

En “El cuento de la criada” de la escritora Margaret Atwood nos enfrentamos a la cruda historia de una sociedad distópica que yace bajo el poder de políticos teócratas. El gran problema es un control total sobre las mujeres, sobre lo que ven, comen, visten o leen. Además de dominar sus cuerpos y su actividad sexual. 

Todos los derechos por los que luchaban las mujeres a lo largo de la historia quedan anulados, pisoteados y limitados a valorarlas por su fertilidad o la ausencia de esta. Sumado a este panorama desolador está el hecho de que las mujeres son abusadas sexualmente, obligadas a dar a luz y luego a enfrentarse al dolor de separarse de sus hijos recién nacidos. Por supuesto, en un ciclo que se volverá a repetir con otra “familia”. 

La historia se centra en esas mujeres, las criadas, entre ellas Defred, quien, por cierto, recuerda a su madre como una feminista radical, una mujer que asistía a marchas por sus derechos y los de otras, una madre con ideales e ideología marcada que influía en la crianza de su hija. Quizás por eso Defred sentía una mayor indignación frente a la situación que vivía. Esa semilla de rebeldía heredada de su madre se quedaría con ella como un impulso para la lucha por el cambio. 

Reseña: El cuento de la Criada

Un lazo que no viene de la sangre

Conocemos a la pequeña, delgada, pelirroja e imaginativa Anne Shirley Cuthbert, una parlanchina huérfana que llega a Green Gables por un “malentendido”, aunque después es amada como parte de la familia Cuthbert. Al inicio, Marilla Cuthbert simplemente no está del todo cómoda con la idea de que se quede en casa, puesto que necesitaban un varón para que le ayude a su hermano en las labores de la granja. Asume una postura muy rígida como si de una sargento se tratara.

Desafortunadamente, Anne está involucrada constantemente en muchos líos. Algunos son solo un paso en falso y otros no son mínimamente su culpa, pues ha atravesado algunas situaciones como la violencia doméstica, el bullying y abusos. Lo interesante es que Marilla busca aprender, no juzga a Anne, sus acciones o sus palabras. No se dejó llevar por aquellos comentarios que afirmaban que sería una terrible idea tenerla en su hogar. 

Finalmente, Marilla dejó ser a Anne. No buscaba convertirla en una señorita que equilibre libros en su cabeza y agrade a los chicos, le dio las herramientas y el apoyo a su alcance para que fuera quien aspiraba a ser. 

Entonces…

Hay muchísimas otras madres que no pudieron ser mencionadas en este artículo. Varias que aceptan a sus hijos e hijas, tal cual son, con sus personalidades, sus formas de amar, sus talentos y habilidades. Sin embargo, no todo es color de rosa, la maternidad también puede ser oscura (y no por lo desafiante) sino por la agresividad. Como en el mundo real, existen madres que hieren, que lastiman y que cortan las alas de sus hijos de la forma más cruel. Tal vez es por eso que siempre viajamos entre las páginas de un libro: para tener la versión materna que dé ánimo y que inspire.