Entelequia. Cuentos de Joyce Falquez A. 

Al empezar a contar mi experiencia leyendo Entelequia, mi niña interna está feliz porque pudo encontrar verdades que en algún momento de su vida lo imaginó, pero lo dejó como un sueño de lector. 

Los personajes mandan, eso pienso al leer Entelequia, una vez que te adentras a las páginas los personajes salen de las páginas del libro y empiezan a buscar su propia historia, sentía como la magia desbordaba en cada letra y en cada párrafo. Tuve una conexión con los personajes “Comeletras” y “Guillo” y “Anónimo”. 

Fragmento del libro. Fuente la autora

A Comeletras todos lo detestaban y le tenían miedo, era uno de esos monstruos que los autores quieren borrar a como dé lugar y los niños le temen porque creen que les asustará a media noche. Cuando en realidad es un ser mágico indefenso, buscando aceptación, amor y empatía, ya que su naturaleza era devorar letras, pero no era un villano, y este descubrimiento fue gracias al magnífico Guillo. 

Guillo ayuda a Comeletras construyendo un cuadernito artesanal para que Comeletras tenga su propia historia, la autora notó este gran gesto porque encontró el cuaderno artesanal creado y decidió acompañarlos en su historia, creando nuevas historias. 

Cabe mencionar que me perdí en este cuento, porque quería saber más de estos dos personajes, pero la historia sigue y empieza la historia de un monstruo, los personajes creando revolución y pidiendo nuevas ideas e identidades, pero entre todo este reto hay un personaje cuyo problema es que no encuentra su identidad, es decir un reto entre la autora y el personaje, lo cual para a mi parecer es un reto bastante difícil ya he estado ahí y sé lo que se siente. 

La parte que es el clímax del cuento, es cuando los personajes en huelga y toda su revolución no encuentran solución y cada quien busca su propio camino, unos tuvieron suerte y se convirtieron en personajes best sellers, otros no empezaban pero continuaban. El personaje sin identidad robaba una que otra letra sin que la autora se dé cuenta, y los demás personajes lo acusaron con ella, este fue castigado mediante un juicio y encerrado al final del libro. Con todo este caos el cuento no pudo realizarse, la autora decidió no crear más personajes conflictivos, pero aquí aparece Comeletras, le ofrece una página frente a su celda con las letras robadas, Comeletras le regala una tilde, y este pequeño personaje logró lo que tanto anhelaba, encontró su identidad, y fue así como nació “Anónimo”. 

Con esta breve explicación del cuento, puedo decir que cada personaje cargaba con su lobreguez y no permitía que la autora los ayude, en muchas ocasiones los escritores tenemos el reto de darle vida a personajes que ya tienen su vida, y aunque parezca una fantasía es todo un reto escribir sus historias, porque se convierte en un diálogo constante entre personaje y escritor. En mi caso me sentí identificada, pero un truco ofréceles té con galletas de jengibre, cualquier personaje se sentará a escuchar tus motivos de creación y desarrollo en la historia. 

No conozco a la autora, pero Joyce, has hecho que mi mente vuele hasta el país de Nunca Jamás, robarme polvo de hadas, ir debajo del mar y quitarle alguna que otra poción a Úrsula para encontrar a mi príncipe azul y por último probarme la zapatilla de Cenicienta. Gracias por crear letras que cobran vida y uno que otro personaje rebelde que se sale de las hojas buscando su propia historia dejando huellitas en cada paso que da. 

@joycestellafa

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♬ sonido original – Joyce Falquez

Lucy Jara

Hola soy Lucy, tengo 27 años, escritora y muy pronto periodista. Amo los dramas coreanos, leer novelas de amor y la poesía. La luna es mi mejor amiga desde que nací. Eterna narniana.

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